Lunes a la noche. Me entero vía Twitter de que Ricardo Darín figura en un ranking del American Film Institute -una de las organizaciones culturales más prestigiosas del mundo, famosa además por sus Top 100 sobre historia del cine- entre los mejores actores de la actualidad. Primero, como todo periodista, me lamento de no haber leído la noticia antes. “¿Cómo no lo vi en ningún medio importante?”, me pregunto. La respuesta era sencilla: nadie había publicado nada. Y eso que las listas (recuerden la de la BBC hace pocos días) tienen un impacto instantáneo en las redes.

Voy a la lista que figura en los medios argentinos: está encabezada por Jack Nicholson, que no filma hace 6 años. Raro. También están Jean-Paul Belmondo (inactivo desde hace ocho), José Sacristán y hasta Andy Serkis. Cualquier cinéfilo se da cuenta de que la lista es mala, indigna del AFI. “Debe haber votado la gente, los seguidores de las cuentas del AFI”, me digo. Decido buscar en las fuentes. En el Twitter del AFI, nada. En el Facebook del AFI, nada. En el sitio web del AFI, ni una mención. "¿De dónde lo sacaron?", pregunto desde mi cuenta @dmbatlle (allí está la cronología de los hechos). Una periodista de Clarín, que poco después cerró su cuenta de Twitter, me pasa el link: una nota del portal español Europa Press.

Allí, bastaba leer con un mínimo de atención para darse cuenta de que el 26 de agosto (“Día Internacional del Actor y de la Actriz”, según explican) tomaron un Top 25 de “leyendas” hecho por el AFI hace tiempo y más abajo agregaron un Top 25 “actual” que aparentemente “inventó” la publicación (no hay otra fuente). Eso es lo que tomaron los portales nacionales.

Si bien me dijeron que Clarín no fue el primer medio en publicarlo (es difícil a esta altura, cuando ya varios sitios eliminaron sus notas y tweets, saber quién tiró la primera piedra), pero sí lo reprodujo sin chequearlo. Y no solo eso: en uno de los mayores papelones que recuerdo (al menos en el área que a mí me compete) llamó a Ricardo Darín -quien se encontraba de vacaciones en Bariloche- para que comentara la noticia, cosa que el astro argentino obviamente hizo con su simpatía de siempre (ver aquí).



La escalada sigue: los periodistas de Clarín sabían anoche que la información era falsa. Sin embargo, el diario no sólo no aceptó la equivocación sino que igual reprodujo el tema en su edición impresa. Y en la tapa que ahora está colgada en todos los kioscos. Esta mañana intentó una tibia fe de erratas con el título: “Darín, entre los mejores del mundo para los españoles”. Pero no, no fueron “los españoles”, sino un cronista de un sitio web que inventó la lista.

Otros medios, como La Nación (donde colaboro desde hace dos décadas) o Escribiendo Cine, por citar sólo un par de ejemplos, optaron por eliminar la nota errónea al poco tiempo. Igual no estaría mal que explicaran a sus lectores el dislate. Es lo que cualquier medio serio hace actualmente en el resto del mundo.

El Darín-Gate expone varios de los peores vicios y carencias del periodismo actual, sobre todo del online: todos hacen copy y paste, nadie chequea absolutamente nada. Ni siquiera hay un mínimo de curiosidad. Lo primero que pensé al leer la noticia fue buscar más información, ver quiénes habían votado (no es lo mismo una encuesta entre especialistas que otra hecha, por ejemplo, en Twitter). Pero el problema, parece, no es sólo de los inexpertos periodistas (o pasantes) de las ediciones digitales. Profesionales experimentados que trabajan en la edición impresa reprodujeron el error inicial y la falsa noticia terminó en la tapa del diario de mayor circulación del país.

Ojalá este ridículo sirva como alerta, como advertencia. Es un tema menor (una falsa lista de actores no le cambia el mundo a nadie), pero desnuda cómo se hace (mal) periodismo hoy en la Argentina.