Gran pérdida
Tenía 94 años, era armoniquista y tocó, entre otros, con Charlie Parker y Ella Fitzgerald.
Un maestro. Toots Thielemans mientras toca su armónica durante una ceremonia por sus 90 cumpleaños en Bruselas, Bélgica. Foto: EFE/Julien Warnand
Falleció ayer, en Bélgica, a los 94 años, uno de los grandes músicos del Siglo XX, el armoniquista Toots Thielemans, un artista que le dio a su instrumento un lirismo y refinamiento magistral.
El parte médico indicó que murió de manera natural mientras dormía; había ingresado al sanatorio un mes antes debido a un proceso de debilitamiento por la edad. En 2014 puso fin a su carrera para retirarse de escenarios y estudios de grabación. En sus comienzos fue guitarrista y durante la ocupación alemana descubrió el jazz, forma musical que tomó la resistencia contra los nazis, una música cuya principal bandera era la libertad y poco a poco fue introduciéndose en ese mundo fuertemente influido por otro belga y también guitarrista Django Reinhardt. En 1948 comenzó a subir al escenario de un club de Saint Germain des Prés, en París para participar de “interminables jams” con Sidney Bechet "de los que nunca se volvió a bajar" tal como afirmaba sonriendo. “Una noche llegué de Bruselas (donde había nacido en 1922) y me fui directamente al club y ahí estaban Charlie Parker, Miles Davis y Max Roach; salimos del club de día y yo tenía una sensación de fulgor dentro de mí”, confesaría años más tarde este músico que aún no se había definido por la armónica, instrumento al que revolucionó con su creatividad melódica y lo ubicó en un lugar de protagonismo.
Thielemans contó también “A comienzos de los cincuenta compartía un mundo con mucha energía creativa; esa idea de silbar sobre la melodía de mi guitarra estaba inspirada en el saxo de Parker, en la trompeta de Davis y en el clarinete de Goodman; sentía que todo era musical por aquellos años”.
Precisamente, en 1950, Benny Goodman lo suma a su orquesta y sale de gira, aún como guitarrista. En 1952 se instala en Nueva York y forma parte de la Charlie Parker All Stars y actúa en el Birdland como invitado de Davis. En 1962 compone un standard que tuvo un éxito inmediatoBlusette, en donde toca la guitarra y silba su melodía, un tema que tiene un aire popular y es fácilmente recordable su melodía. En tanto, ya era con la armónica la voz con mayor autoridad en el jazz. Grabó poco más de 20 discos en los que su instrumento se fusiona con el sonido de los armoniquistas del blues, pero sin perder ese rumor de las calles parisinas. Un artista de una musicalidad sentimental que no perdió romanticismo con el tiempo. Participó de grabaciones y actuaciones con Ella Fitgerald, Oscar Peterson, Pat Metheny, Jaco Pastorius, Joe Pass y Shirley Horn, entre otros; en su discografía hay dos trabajos imperdibles: uno, con el pianista Bill Evans y el otro, con la maravillosa cantante Elis Regina.
Thielemans fue en todo sentido un gentil hombre de opiniones sencillas y profundas. Le festejaron anticipadamente sus ochenta años en el Festival de Jazz de Punta del Este, en 2002 y dejó en evidencia que no sólo era un artista agradecido por una vida de reconocimiento y afecto sino que mantenía intacto su duende inspirador. Un gentil hombre de sonrisa fácil, un músico que le puso alegría al jazz. En 2001 el rey Alberto II de Bélgica lo nombró Barón en reconocimiento por todo lo hecho en favor de su país desde las artes.