Cine
Ex modelo, ex vedette, futura madre, a los 29 años se afirma como actriz con filmes como “Dolores”, que se estrena mañana. Repaso a una historia original.
Emilia Attias. "El cuerpo va cambiando con la edad", asegura la actriz, que prefiere la naturalidad. Foto: Gerardo Dell'Oro
Hace diez años eras vedette, salías en las fotos …
En bolas.
Sí, y estabas en “Bailando por un sueño”. ¿Cuándo decidiste cambiar?
Siempre supe que quería ser actriz. Frase hecha, pero real. Lo otro fue una circunstancia de ese momento, que se me presentó y me pareció correcta para acceder a algo más popular, más masivo, e ingresar en el medio. Antes de eso yo era modelo, no tenía una carrera como actriz. Estaba recién salida del colegio, todo era muy nuevo para mí, y me sumaba en exposición. Lo usé para ver si me daba otra cosa que finalmente me dio. Enseguida me corrí de ahí.
¿Alguien te asesoraba con esas decisiones?
No. Siempre fui decidiendo todo bastante sola. Aprovechaba lo que iba surgiendo, tratando de que se leyera bien qué tipo de mina era: nunca fui escandalosa, nunca hice nada muy porno. Me animé porque era la época en que las modelos jugaban a ser vedettes, estaban Nicole Neumann con Artaza, María Vázquez, Rocío Guirao Díaz ... Yo entré por ese costado: venía de hacer los cuerpos del verano en Gente. Eso sí fue obra de un representante: terminé el colegio y él me convenció de que podía trabajar como modelo y actriz. Entré en su agencia, fui como una “modelo-celebridad”, y enseguida vino Casi ángeles (la tira de Cris Morena, de 2007).
Antes pasaste por “Bailando por un sueño”. Salir indemne de ahí tampoco es fácil.
En esa agencia trabajábamos explotando la belleza, es la realidad. No era lo que yo quería, pero entendí que me iba a servir para acceder a estar en pantalla. Todo venía en el combo: estabas en la tapa de Gente, Marcelo te iba a llamar para un Bailando o para hacer cámaras ocultas, ibas a ir a un desfile de Giordano ... En ese momento elBailando no era lo mismo que ahora. Lo mío no fue por el lado del escándalo, ni de exhibir mi cuerpo. Era sensual, pero nunca estuve cortando la pollerita, ni mostrando el culo. Traté de hacerlo lo más breve posible y me salió bastante bien. Enseguida entré a trabajar con Cris en la tele.
Ahí podrías haber sido Lali Espósito, y tampoco.
Cuando terminás un éxito televisivo de ese tipo te siguen surgiendo personajes que tienen que ver con eso o productores musicales (no es el caso de Lali, porque ella compone sus temas) que te acechan para hacerte una carrera de pop star. La música me encanta, pero tiene que nacerte de adentro, y no quería ser un producto de otro. Siempre fui muy genuina. Y necesité correrme de ese lugar adolescente para poder construir una imagen de actriz.
¿Existe el complejo de linda?
Es un tema que un poco te hincha las pelotas, pero también lo disfrutás y es lindo si te toca. Pero apoyarte sólo en eso es algo vacío, no me llena. Lo exploto, pero quedarme en eso me frustra.
Esa dieta que te borró las curvas, ¿fue producto de esa frustración?
Cuando empecé tenía 18 años y a esa edad las hormonas explotan, tenés la cara gordita, las tetas así, estás toda más rellenita. Con el tiempo te vas secando un poco. Encima a mí me gusta entrenar. Pero como de todo. Tengo restaurantes, así que es imposible que no tome vino, no me coma unas bruschettas, unas pastas. Me encanta comer, pero el cuerpo te va cambiando con la edad. No sigo una dieta especulando con ser más creíble. A veces extraño mis curvas para algún personaje.
Tenés o tuviste restaurantes, marca de ropa, productora ... ¿La actuación es un plan B?
No, lo que pasa es que soy inquieta. Y estoy casada, por ahí mi marido (El Turco Naim) tiene ganas de abrir algo y lo hacemos. La vida puede estar más allá de tu vocación y donde vos enfoques toda tu energía. Podés jugar a hacer otras cosas. La gastronomía es como un hobby.
Es un plan B para cuando no tengas mucho laburo como actriz.
Sí, podés pensarlo así. Ahora estoy embarazada y no es un año de gran trabajo, pero tengo mis bares y vuelco mi energía ahí. Te da más libertad a la hora de elegir qué hacés con tu carrera. Igual, siempre traté de no elegir cualquier cosa sólo por trabajar.
Como cuando volviste a “Bailando”, en 2010.
En ese momento estaba en Canal 13 haciendo un programa al estiloJugate conmigo. Fue el coletazo de mi relación con los adolescentes, tres meses después de Casi ángeles. Y en el canal me taladraron la cabeza para que volviera al Bailando. Me sentí cuidada y acepté. Pero una vez ahí, jugando el juego, me obligaba a exponer el cuerpo o mi vida personal, y no estaba para eso. Cuando me fui, dije “basta, etapa cerrada”.
En todas las notas siempre te preguntaban cuándo ibas a tener hijos. ¿El embarazo fue una forma de cumplir con esas expectativas?
Siempre hay presión social para ser madre, acá y en muchos lugares del mundo. Tu familia, tus amigos, el medio, presionan para que cumplas ciertos estándares y yo nunca fui de cumplirlos, creo. La maternidad me vino en un momento perfecto. No la buscaba, pero estoy feliz. Nunca le tuve miedo, siempre quise tener hijos con mi marido. Lo iba postergando por el trabajo. Pero la vida manda y se hizo espacio sola.
"Dolores": una mujer que desafía las convenciones
Mañana se estrena Dolores, de Juan Dickinson, que la tiene a Emilia Attias como protagonista, en el papel de la mujer que le da nombre a la película. Ambientada en una estancia del campo bonaerense durante los años de la Segunda Guerra Mundial, cuenta la historia de una argentina hija de escoceses que está estudiando en Europa pero vuelve al país cuando muere su hermana, para criar a su sobrino de ocho años. A su regreso, tendrá que lidiar con la mala situación financiera de la estancia familiar, a la par que se reavivarán sus viejos sentimientos por su cuñado, Jack (Guillermo Pfening). “Lo que más me atrajo es que se trata de una película de época, algo que no suele hacerse en la Argentina. Es una profunda historia de amor, con un personaje soñado: Dolores es una mujer que desafía las convenciones de aquellos años, una transgresora, una de esas tantas heroínas anónimas que escribieron la historia de la humanidad”. Completan el elenco Mara Bestelli, Roberto Birindelli, Jandir Ferrari, Manuel Vicente y Felipe y Mateo Flossdorf.
DOLORES cuenta la historia de una mujer escocesa que vuelve a la Argentina luego de la muerte de su hermana para hacerse cargo de su sobrino de ocho años, pero atraida también por el amor inconcluso con su cuñado Jack (Guillermo Pfening). En el contexto de la Segunda Guerra Mundial se desarrolla este amor, en donde los ecos de la guerra se hacen cada vez más cercanos, y la disputa mundial entre alemanes e ingleses empieza hacerse personal, cuando a Dolores (Emilia Attias)
La que viene: "El muerto cuenta su historia"
Muy pronto se verá a Attias en otro papel cinematográfico importante, y muy diferente al de Dolores. El 22 de septiembre se estrena El muerto cuenta su historia, de Fabián Forte, director especializado en cine fantástico y de terror, responsable de La Corporación yMalditos sean. En esta comedia negra con ingredientes fantásticos, el protagonista es Angel (Diego Gentile), un exitoso director publicitario, machista y adicto a las mujeres, esclavizado por una cofradía de diosas celtas que controlan a hombres que han atentado contra el género femenino. Es un ejército de sirvientes que ellas quieren utilizar para imponer el matriarcado en la Tierra y tomarse revancha de siglos de dominación masculina. “Es un delirio increíble”, dice Attias, que encarna a una de las diosas. “Forte es un director que va a marcar tendencia, con esta película va a despegar, porque tiene una inteligencia y un sentido del humor únicos para filmar”. También actúan Damián Dreizik, Viviana Saccone, Julieta Vallina, Moro Anghileri, Fiorela Duranda y Lautaro Delgado.
EL MUERTO CUENTA SU HISTORIA, una película con Emilia Attias, Viviana Saccone y Diego Gentile. Foto imagen tv.