Cuando la señal AMC lanzó en el 2011 The Killing (basada en una serie danesa), pocos imaginaban que el policial televisivo estaba por escalar un nuevo peldaño. La historia se centra en la investigación por el homicidio de una joven, que termina por destapar una olla de corrupción impensable a priori. Pero los méritos de The Killing versión USA, virtudes que la elevan instantáneamente al podio de los grandes policiales televisivos, fueron dos: su tono y su protagonista. La oscuridad de la serie, su tono amargo y totalmente apesadumbrado, su espíritu pesimista y su estética despojada de cualquier atisbo de color, hizo de esta Killing una serie digna heredera de la fría narrativa danesa, pero reinterpretada según el nuevo paradigma de la televisión norteamericana (que continuaba el espíritu de glorias recientes como The Wire). El otro gran mérito es, como se mencionó, la protagonista. La actriz Mireille Enos (que le puso su cuerpo a la detective Linden) logró una composición tan desarticulada como el mundo violento en el que se movía. Como le sucedía a muchos detectives, Linden se obsesionaba con su trabajo al punto de priorizar su profesión por sobre su familia (con un hijo que se acostumbró a una madre dedicada a su oficio, y un novio en otra ciudad forzado a esperarla para casarse), y eso tiene que ver con una pesada herencia de obsesión y de deber. The Killing según USA, es una de esas remakes que toma el espíritu de una serie previamente fabricada (como pasara con The Office) para revolucionarla y armar un producto respetuoso del legado original, pero con un tono marcadamente propio.
2 - Bloodline
Sin prisa, sin pausa, y casi apoyándose en el boca a boca, la historia de la familia Rayburn no deja de sumar fieles. Bloodline es un policial complejo, que pone el foco de la historia no en quienes deben descubrir un crimen, sino en quienes lo cometieron. La aparente felicidad y plenitud de los Raybun, esconde un secreto atroz que tiene que ver con la llegada de uno de los hijos del matrimonio, y qué sucede cuando quien es la oveja negra de la familia, pone en riesgo el status quo de su entorno. Bloodline es una saga que muestra la paulatina degeneración de una familia que parece perfecta, y qué sucede cuando las podridas raíces de un clan salen a la luz para pasar factura. En este policial no hay héroes, sino personajes dispuestos a hacer lo que sea necesario con tal de cubrir sus huellas y defender a su familia, incluso aún, de su propia familia.
3. Luther
La primera escena pinta a su protagonista de cuerpo entero: el policía John Luther persigue a un criminal. El delincuente planea atacarlo, pero cae parte del piso en el que estaba parado y queda al borde de la muerte. Luther aprovecha el momento y le saca al criminal la información que necesitaba, para luego dejarlo caer y morir. En la piel de Idris Elba (actor inglés que venía de hacer culto en The Wire) Luther presenta a un policía obsesionado con su trabajo, y un firme defensor de aquel dogma que dice "el fin justifica los medios". Luther no cree en los límites de ningún tipo, y su obsesión por resolver los casos que le asignan lo lleva muchas veces a dinamitar la barrera de lo permitido. Para armar a su antihéroe, Neil Cross, el creador de la serie, se basó en clásicos obligatorios como Sherlock Holmes, y en detectives más modernos como Columbo, logrando una mixtura que derivó en John Luther, un policía brillante en sus deducciones, pero con una forma de entender la justicia totalmente pragmática.
4. Happy Valley
Otra serie inglesa (es innegable la importancia de la tele de ese país en la renovación de este género). La protagonista de Happy Valley es la sargento Catherine Cawood, una mujer policía que esconde una trágica historia: su hija se suicidó luego de tener un hijo que fue producto de una violación. Cawood es la encargada de su nieto, mientras convive con su hermana (una heroinómana en recuperación) y una familia que se niega a tener cualquier tipo de relación con el niño. La policía intenta llevar una vida lo más normal posible, pero cuando se entera que el violador de su hija recuperó la libertad, no puede evitar obsesionarse con él. Como es regla en muchos policiales ingleses de esta camada, el verdadero atractivo de la ficción no está tanto en la trama, sino en la atormentada psiquis de su protagonista, la terrible historia de vida que carga a sus espaldas, y cómo esta agente se verá tentada a hacer justicia por mano propia (a pesar de ser una representante de la ley). Con apenas dos temporadas de seis episodios cada una, Happy Valley es una de esas joyas inglesas que siempre vale la pena descubrir.
5. Brooklyn Nine Nine
Y entre tanto policial trágico, imposible no recomendar una comedia. Andy Samberg es uno de los chicos maravilla del Saturday Night Live modelo siglo XXI, que luego de tener un auspicioso (pero efímero) paso por grandes comedias como Parks and recreations o el film I love you man, se convierte en el merecido protagonista de una brillante comedia policial. Con una estética heredada de The Office, Brooklyn nine nine engancha con personajes atractivos y capítulos de veinte minutos que se consumen en altas dosis. El gran atractivo de esta comedia es lograr que sus personajes sean caricaturas, pero que no por eso dejen de importarnos sus respectivas historias. El gran responsable de lograr ese complejo equilibrio es indudablemente Samberg, que puede hacer reír sin por eso negar a su personaje conflictos que puedan presionarlo. Brooklyn nine nine es adictiva, y tiene uno de los mejores elencos de comedia actual, logrando así la fórmula perfecta.
De yapa 1: River
Gran policial del que hablamos hace poco.
De yapa 2: Sherlock